¿Qué es el trastorno dismórfico corporal?

El trastorno dismórfico corporal (TDC) es un trastorno de la percepción que afecta a la imagen corporal de una persona, provocando una gran ansiedad y malestar. Quienes lo padecen se obsesionan con algún aspecto de su apariencia física, aunque éste sea mínimo o inexistente. Lamentablemente, la preocupación llega a ser tan intensa que puede llegar a condicionar su vida diaria, causando un fuerte impacto emocional e incluso provocando pensamientos suicidas.

Según estudios realizados, aproximadamente el 2% de la población mundial padece TDC. Las mujeres son más propensas a desarrollarlo que los hombres, en una proporción de 1,5 a 1. El trastorno suele comenzar a manifestarse en la adolescencia o en la juventud temprana, aunque puede aparecer en cualquier momento de la vida.

¿Por qué se produce?

Aunque aún no se sabe exactamente qué factores influyen en el desarrollo del TDC, se cree que puede haber diversos factores que contribuyen a su aparición. Entre ellos podemos incluir situaciones adversas en la infancia, un ambiente familiar hostil, un excesivo énfasis en la apariencia física, traumas emocionales, predisposición genética, entre otros.

Los expertos también señalan la influencia de los medios de comunicación y las redes sociales en el desarrollo del TDC. Las imágenes de modelos y celebrities perfectamente retocadas han creado una falsa idea de lo que es considerado «bello» y han llevado a muchas personas a sentirse inseguras e insatisfechas con su propio cuerpo.

¿Cómo identificar el trastorno dismórfico corporal?

El TDC no es fácil de identificar, ya que quienes lo padecen suelen ocultar sus pensamientos y emociones por vergüenza o temor al rechazo. Sin embargo, hay algunos signos que pueden ayudar a detectarlo, tales como:

– Análisis obsesivo de su apariencia física y preocupación excesiva por algún defecto percibido.
– Comportamientos evasivos o patrones de evitación de situaciones sociales debido a la vergüenza y la inseguridad.
– Comportamientos compulsivos, tales como comprobar continuamente su aspecto en espejos o superficies reflectantes.
– Bajo rendimiento en el trabajo o en la escuela, debido a la concentración en su imagen corporal.
– Ansiedad excesiva e incluso ataques de pánico.

Sin embargo, aunque estos síntomas pueden indicar la presencia de TDC, sólo un profesional de la salud mental capacitado puede diagnosticar y tratar realmente el trastorno.

¿Cómo se puede superar el trastorno dismórfico corporal?

El tratamiento del TDC generalmente incluye terapia cognitivo-conductual, medicación o una combinación de ambos. La terapia cognitivo-conductual es una forma de tratamiento que ayuda a los pacientes a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos en relación con su aspecto, lo que puede disminuir la ansiedad y mejorar su calidad de vida. Los medicamentos también pueden ser útiles en la reducción de los síntomas del TDC, como la ansiedad y la depresión.

Además del tratamiento médico, hay algunas técnicas que pueden ayudar a supervivir el TDC en el día a día. Aquí te mostramos algunas de ellas:

– Trata de centrarte en tus fortalezas y habilidades, en lugar de enfocarte solo en tu aspecto físico.
– Busca apoyo en amigos y familiares, quienes pueden ayudarte a mantenerte motivado y positivo.
– Practica técnicas de relajación, como la meditación, el yoga o los ejercicios de respiración. Esto puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
-Haz ejercicio regularmente, lo que puede ayudar a mejorar la percepción que tienes de tu cuerpo y a aliviar el estrés.
– Evita los estereotipos de belleza de los medios de comunicación y las redes sociales.

¿Qué consecuencias negativas puede tener no tratar el TDC?

El TDC afecta la vida emocional, social y laboral de quienes lo padecen. La vergüenza y la inseguridad que provoca el trastorno puede llevar a muchos pacientes a limitar su participación en actividades sociales, como deportes y reuniones sociales. En casos extremos, el TDC puede incluso llevar a pensamientos suicidas.

Es importante buscar ayuda lo antes posible si experimentas alguno de estos síntomas. El tratamiento médico puede ayudar a disminuir la ansiedad, mejorar la imagen corporal y recuperar la confianza en ti mismo.

Puntos importantes a considerar

Es importante destacar que el TDC es un trastorno mental grave y no una simple preocupación por el aspecto físico. No es algo que pueda superarse simplemente con la fuerza de voluntad, sino que requiere de un tratamiento especializado y multidisciplinario. Por esta razón, es necesario acabar con los estigmas que se relacionan con los trastornos mentales y propiciar un mayor conocimiento de estos.

Además, es importante crear conciencia sobre el impacto de los medios de comunicación y las redes sociales en la imagen corporal. Debemos ser conscientes de que las imágenes «perfectas» que vemos a diario no son reales, y que el cuerpo ideal no existe.

Finalmente, es importante destacar que el tratamiento del TDC puede llevar tiempo, y que pueden haber altibajos. Es importante ser paciente y no desanimarse si el proceso no avanza tan rápido como se quisiera.

En resumen, el TDC es un trastorno mental que afecta a la percepción de la imagen corporal de una persona, provocando ansiedad y malestar. Aunque aún no se conocen todas las causas que lo generan, se sabe que hay diversos factores que contribuyen a su aparición. Buscar ayuda médica y trabajar en técnicas de relajación y aceptación son clave para superarlo. El camino puede ser difícil, pero es importante recordar que es posible recuperar la confianza en uno mismo y en su cuerpo.

Valeria Catillo